lunes, 1 de octubre de 2007

Más Tunig Sanjavierino


Tunig rápido

cuento con dibujo explicativo
Había una vez un joven que se llamaba Brian y otro que se llamaba Estefan. Vivían en Brazil, y eran amantes de los autos tunig. Siempre iban a exposiciones, compraban revistas, estiquers, tenían bicis y las turniaron, compraron motos y las turniaron.
Un día decidieron comprar un auto para cada uno. Uno quería un TOYOTA CELICA y el otro un BMW 645. Pero al llegar, el camión se estaba yendo, entonces un amigo con un DOGET los llevó atrás del camión.
El camión iba por demás fuerte, el auto tuvo que acelerar tanto que iba a fondo, y entonces justo agarra una espina y se pincha la cubierta. Chocan un arbusto, salen corriendo del auto, que explota. De repente, otro amigo en una camioneta CUADRA SOUN, los recoge.
Al fin el camión se detiene, vuelve al concesionario y le vende el auto ya turniado, entonces empieza a disfrutar y a pasear como nunca, con cuidado.
Iván Hernán Burgardt – 6to AColegio San José - San Javier

El niño que nunca pudo crecer

Había una vez, en San Javier, un niño llamado Lucas que nunca pudo crecer más que 45cm. Él se sentía triste porque todos los chicos del colegio San José del GB lo pasaban de estatura, ¡hasta los chicos de 1er grado!.
En ese colegio se hacían muchos deportes, como por ejemplo: básquetbol, fútbol, tenis, etc. Sus compañeros no lo dejaban jugar porque les decían que los petizos como él no saben jugar. Nadie lo quería, por su estatura lo rechazaban.
Cada año que pasaba él tenía la esperanza de que podía crecer, pero eso no sucedía.
Un día dijo:
-No puedo más estar así, cada año que pasa no puedo crecer ni si quiera 1 cm., tampoco puedo seguir aguantando a los chicos que ¡me tienen arto!, me dicen peti, petizo, pulga y un montón de cosas más.
Lucas se sentó y se puso a pensar, después de un rato dijo: -¡Ya sé lo que puedo hacer!, se fue saltando a su colegio, gritando jugaré,.... jugaré... saltaré... saltaré... pero... ¿que era lo que iba hacer?, estaba por practicar esos deportes para que il pudieran aceptar. El entrenaba, entrenaba y entrenaba hasta que pudo jugar.
Un día llego a la escuela contento, estaban jugando al básquetbol. Les pide permiso a los chicos para poder jugar, pero los chicos no quieren. Él insiste diciendo que sabía jugar, todos salieron y el se fue muy triste pero a la vez contento de si mismo.
Tres días después se jugaba un partido de básquetbol y se habían lesionado tres jugadores, todos se agarraron la cabeza y de pronto apareció Lucas con la vestimenta de su colegio. Todos se reían.
Lucas dijo:
- Yo con mi estatura, mis defectos -como todos los tenemos, uno al menos-, tengo derecho a jugar por colegio y por este curso, o ¿acaso hay una ley que me lo imponga. Todos se fijaron en el reglamento y no decía nada. Entonces el árbitro gritó: -¡este niño puede jugar!, Lucas entró a la cancha; el arbitro tocó el silbato y Lucas, en 10 minutos, hizo cinco goles en goles, nadie lo podía creer. EI partido se dio vuelta y ganó el equipo de Lucas. Todos sus compañeros lo abrazaron, lo felicitaron y le pidieron perdón.
Lucas se fue contento, con muchos amigos y sin problema por su defecto.
María Sofía Ávalos – 12 años
Colegio San José

De dragones y reyes

el dibujo de la derecha es de Ana Sol Buchet (6to A)
Martina y el dragón
La semana pasada me pasó algo increíble. Mi nombre es Martina Lefco y estoy en 6to año. Tengo el pelo castaño con muchos rulos y ojos color té, hoy tengo el agrado de contarte mi historia.
Yo iba como todos los días al colegio (mi colegio se llama Belgrano y se encuentra en la ciudad de Buenos Aires). Entré, y como siempre me fui a hablar con mi amiga Celeste, hasta que tocó el timbre.
Estábamos dando matemática y me acordé de algo ¡no había hecho la tarea!. La señorita empezó a mirar las carpetas, miró la mía y me dijo -te vas a quedar a terminarla en el recreo.
Quince minutos después sonó el timbre. Todos salieron corriendo y yo me quedé sola en el aula. Tomé una tiza color blanca, y pensé ¿qué puedo dibujar? Enseguida me acordé del cuento que había contado la seño. Se trataba de un dragón muy malo que expulsaba fuego por la boca y vivía en una cueva oscura y tenebrosa.
Así fue que me puse a dibujarlo, le hice una cara espantosa con unas facciones muy malévolas y unos ojos rojos muy tenebrosos.
Luego me acerqué al suelo a juntar la tiza que se me había caído. Cuando volví a mirar el pizarrón mi dragón no estaba más y ahí lo vi. Estaba al lado mío, mirándome con sus ojos rojos. Me asusté tanto que me tuve que meter debajo de la mesa.
Pensé un momento y se me ocurrió decirle al dragón que volviera al pizarrón. Total, era mi dibujo y le podía ordenar lo que yo quisiera. Así lo hice, cuando él ya estaba en su lugar le dibujé unos ojos tiernos, una sonrisa muy dulce, una voz hermosa y su cara se transformó completamente. Además ahora tenía nombre se llamaba Ciro.
Nos hicimos muy buenos amigos y el me contó su vida, justo cuando dijo la última palabra escuche una voz:
-Martina, ¿terminaste tu tarea? -dijo la seño -Si, claro -Martina ¡no hiciste nada! ¿Qué estuviste haciendo hasta recién? -dibujando dragones señorita.
Así termina mi historia o mejor dicho lo que me pasó la semana pasada, por supuesto que la seño no me creyó nada de nada aunque yo le dije miI veces que lo que estaba diciendo era verdad.
Araceli Gervasoni - 12 años (6to B) - Colegio San José - San Javier


Un rey caprichoso
Una tarde, en un castillo de oro, se realizó al aire libre el cumpleaños del rey más caprichoso que había existido.
Ese día todo era elegancia y glamour. Los músicos entonaban una canción tan aburrida que hacía bostezar. Los adornos eran de colores opacos y oscuros. Nada en ese lugar era alegre y eso al rey no le agradaba. Por eso ordenó a sus súbditos llevarse todo eso a un lugar lejano, pero necesitaba otra idea para vestirse y adornar su morada.
Muchos diseñadores iban cada día al castillo. Uno de ellos fue con un traje de piel de oso polar pero el monarca dijo:
-Ni loco me pongo esa cosa, con esa ropa parezco un cubo de hielo.
Al día siguiente, un grupo de modistas fueron con un paquete a ver a don capricho o sea al rey. Le quisieron vender una vestimenta muy colorida entonces les reprochó diciendo:
-si yo me pondría eso toda la gente creería que soy un payaso.
Un día fue un personaje de la China llamado Oki. Era el sastre de ese país y él lo saludó al soberano así:
-Buenos días, su alteza.
-Buenos días - le respondió- me contaron que viene de la China, ¿Es cierto? El sastre dijo que sí. Luego le mostró todos los diseños de lentejuelas, plástico, monedas, lana peluda y hasta de hojas de los árboles. Al rey le fascinaron, así que se los fue probando, uno por uno. Al rato volvió con Oki y le dijo que todos eran hermosos pero a él no le quedaban bien. Entonces, el muchacho tuvo que volver a su país de origen.
Después de eso, ya cansado escucho el ruido de un camión pero no le hizo caso.
Se acostó a dormir una siesta. Y roncaba como un caballo. Al despertar, fue a pasear por su reino. En eso, vio que en la playa había una feria. Se sorprendió porque nunca antes había visto una así. Era grandísima, por eso, la fue visitando por partes. Primero se dirigió a las secciones de perfumes, sales de baño, shampoo, acondicionadores, accesorios y por último, la ropa. Entró, y se dio cuenta de que todo era lo que él buscaba. Unos chicos dijeron que era ropa de moda. El monarca se compró absolutamente todo. También como estaba tan contento compró en el lugar destinado al cotillón, muchos adornos para usar en las fechas importantes. Por fin solucionó su problema. Desde ese día envió a sus sirvientes a diseñar y fabricar ropa moderna.
Autoras: Milena Ungerer, María luz Curletto.Edades:9 y10 - Colegio San José 1121

Tuning Sanjavierino

auto tuniado, por Adrían J. Reiggia
El auto llamativo
Un chico llamado Kevin siempre jugaba los mismos números en la quiniela, hasta que un día dijo no los juego más y jugo otros. Cuando los fue a controlar había sido ganador, por eso fue a comprarse un auto.
En la concesionaria había muchos autos pero uno solo le llamo la atención y le dijo al vendedor que se lo llevaba. El vendedor muy sorprendido le dijo -¿es en serio que te lo llevas? porque habla y tira fuego por los escapes -si, tomá la plata que me lo llevo, dijo Kevin.
El empezó a pasear por todo el pueblo y cuando pasaba por al Iado de una chica el auto le decía -chau linda, y las personas lo miraban a él, que decía que él no era, que era el auto, pero nadie le creía .
Muy enojado fue a la concesionaria a devolverlo el vendedor le dijo -yo te avise ahora no se aceptan las devoluciones . Lo llevó a la casa, lo puso afuera, y contrato a una demoledora y lo aplastaron... entonces se fue contento a la casa y se acostó a dormir y se decía solo para la próxima me compro una moto que tenga música y otras cosas mas .
Fin
Kevin iglesias – 12 añosColegio San José - San Javier

Una nube valiente

Ayer pasó nube por casa, le dije:”¿vamos a la plaza?”
Ella contestó: “ahora no puedo, porque llevo otro pasajero. Es un globo que estaba en peligro y por eso lo he rescatado. Ya no podía volar más, y con una ave quiso jugar. Por jugar tan entusiasmado, casi se cae sobre un pato, que nadaba en una laguna, sin dejar de peinar sus plumas. Como el globo empezó a gritar, rápidamente lo fui a rescatar. Por suerte, mucho ayudó Don viento, que justo pasaba en ese momento...”
Yo quedé realmente asombrado. ¡Qué linda historia había escuchado! Es una nube en verdad valiente, muy solidaria e inteligente. Por que otra nube en su lugar, sigue su camino sin mirar atrás. Un ejemplo de generosidad, que desde hoy, pienso imitar.
Milagros Morelli – 9 añosColegio San José - San Javier
el dibujo es de María Sol Domet Hurani (7 años)

BINOMIO POPULAR: Vaca / lámina (parte dos)


La vaca y el lechero, por Lucas Zeler (7 años) Vaca - lámina, por Francisco Bordón (2do B)
La vaca y la lámina 3
Había una vez una vaca que tenía miedo y una lámina loca.
La vaca estaba durmiendo y llegó una lámina loca que gritaba ¡libertad!. Y de repente, la lámina enrolló a la vaca que muy asustada dijo: -¡muuu, muuu, muuuu!. La lámina se enojó y la apretó. Pobre vaca, quedó sin leche, salpicó sobre todo el campo. La lámina se asustó y la soltó. Luego, las dos más tranquilas, se pidieron perdón por el susto, conversaron mucho y se hicieron amigas. Finalmente salían a pasear y se divertían.
Camila (2do)

Colegio San José

Había una vez, una vaca llamada Aurora, a la que le gustaba pintar láminas.
Un día encontró una lámina, era rara y muy llamativa. Aurora hizo un dibujo muy especial en ella, y todo el campo quedó cautivado porque era muy bello.
Aurora se sintió muy feliz porque los animales por fin jugaban con ella y le gustaban sus dibujos.
Naiara (2do) Colegio San José - San Javier

Más de la gran producción de Segundo grado

Las aventuras de la llave enamorada
Había una vez una llave mágica que tenía una cara. De pronto escucha golpear la puerta, abrió, y encontró una carta que decía:
Amada llave: te escribe el príncipe, andá a la plaza y si querés llevar un vestido encantador que yo me pongo un traje y nos vamos a casar.
Cuando se iban a casar, llegó una bruja mala que se llevó a su príncipe, y la llave encantada no supo qué hacer.
Después de 5 meses de investigar, por fin supo adonde era su guarida y se fue a buscarlo. Estaba lleno de guardias y luces. Pero hizo un ruido tenebroso y los guardias huyeron, las luces se desconectaron y le quedaba la bruja, que como no le gustaba la oscuridad se fue volando en su escoba. La llave prendió la luz, encontró a su príncipe, se casaron y fueron felices para siempre.
Felipe José Peyrade – 2do grado C
Colegio San José - San Javier

Había una vez una niña pobre que soñaba con tener una bicicleta y recorrer las calles, hacer los mandados, ir a la escuela en ella.
Al despertar e su sueño, su mamá la lleva caminando a la escuela. Allí, dibujó una bicicleta mágica. Luego de unos días la bicicleta cobró vida, fue a la casa de la niña y la invitó a andar. La niña y la bicicleta fueron las mejores amigas del mundo.
Sabrina (2do A)

Colegio San José - San Javier