viernes, 28 de diciembre de 2007

Un Hombre – piraña, un Coronel alérgico a la sangre, y más terror




El hombre – piraña
Un día un hombre llamado Juan fue a pescar pirañas a la laguna Mar Chiquita. Cuando llegó, preparó la caña y la lancha, se mandó para el medio de la laguna, tiró el anzuelo y esperó.
Esperó, esperó y esperó hasta que picó. Juan tiraba pero la piraña era más fuerte y tiró al agua a Juan. Cuando Juan miró a la piraña para ver como era, vió que no era una piraña común, era un hombre con una cola en vez de pies, con unos dientes bien afilados y branquias.
Pero la diferencia más grande con las pirañas era que esta podía hablar, entonces Juan se preguntó que era este bicho extraño, el que muy enojado se arrojó a Juan y le dijo: soy un hombre – piraña y empezaron a pelear. En la pelea, el hombre – piraña le mordió el cuello con esos dientes tan afilados y le incrustó un líquido para que Juan se transformara en hombre – piraña.
Juan logró escapar, subió a la superficie y volvió a su hogar donde pasó unos tres meses muy extraños. Sus amigos y su familia no le creían nada, entonces, para probarlo, los llevó al medio de la laguna y los arrojó al agua uno por uno. Cuando volvieron a la superficie se habían convertido en hombres – piraña.
De repente, se había transformado el también en hombre – piraña... y fueron toda una pandilla de hombres piraña. FIN
Hernán Pezzutti
Colegio La Merced – Río Cuarto


Los asesinados
Todas las mañana en Springfeld una persona aparecía muerta. Nadie sabía por qué estaba muerta, ni como la mataban, con qué, ni quién, ni qué. Una de esas mañanas, el detective Juan Martín Lucas Escoulder de Moreno se puso a investigar. Entonces, se puso su traje de gala, su sombrero, arregló a su perica Margarita y salió.
Tenía a cuatro sospechosos que todavía no habían muerto: El coronel Juan, la cocinera Marta, la empleada doméstica Catalina y el jardinero Rosendo. El coronel Jun podría haber sido, pero.... es alérgico a la sangre. Para probarlo, cuando el detective lo interrogó, puso un vaso de sangre en frente, se lo arrojó a la cabeza y se hinchó todo.
La cocinera Marta podría haber sido pero... está de vacaciones e incluso cuando ella se marchó, hace tres meses, hubo asesinados. Para comprobarlo llamó al hotel en el cual ella le dijo que estaba hospedada, y le dijeron que sí, que ella había estado hospedada en los últimos tres meses.
La empleada doméstica Catalina podría haber sido pero... también era monja. Para probarlo fue a la iglesia en donde dijo que ella trabajaba y le dijeron que sí, que ella era monja ahí.
El jardinero Rosendo podría haber sido pero... no tenía fuerza ni para romper un huevo. Para probarlo, el detective le dio un huevo a Rosendo y no lo pudo romper.
Así fue como el detective se quedó sin sospechosos y se fue a dormir. A la hora, sintió ruidos raros, se levantó y no vió a su perica. Fue a la calle y la vió con sangre en la boca y cuchillos en sus alas. El detective mató al ave, y no volvió a haber asesinados en Springfeld.
Justo Chopitea
Colegio La Merced – Río Cuarto

El hombre y el gato - Río Cuarto


Había una vez un hombre al que le gustaba cazar. El comía o usaba para decorar la habitación todo lo que cazaba, porque era un poco caníbal y tenía buen gusto. Un día caminaba kilómetros y más kilómetros y no encontraba nada. Entonces vio algo que se movía y lanzó su red y lo apresó. Cuando llegó a su casa se lo iba a comer porque era un gato lo que había atrapado, cuando entonces el gato lloró y el hombre tuvo lástima. Entonces no se lo comió y lo abrazó dulcemente, prometiendo ser su mejor amigo y no cazar nunca más. Mensaje: No hay que cazar
Georgina Monti – 9 años

Colegio La Merced – Río Cuarto