sábado, 29 de septiembre de 2007

CUENTOS DE RATONES II

El raton pop de la derecha ha sido dibujado por alguien de 1ro B que prefirió el anonimato
TIM, el ratón futbolista.

Tim era un ratón que jugaba muy bien al fútbol. En su equipo “Los roedores veloces”, llevaba la camiseta número diez y jamás faltaba a las prácticas los días jueves.
Una tarde antes de salir hacia allá se notó un poco panzón. Cuando empezó a hacer los ejercicios de zig zag tumbaba todos los conos y se agitaba mucho al correr. Entonces le dijo confundido al profesor:
-¡No se qué me pasa hoy!
-Es que estás un poco gordo Tim.- Le contestó el profesor.
Pero no hizo mucho caso a la advertencia y siguió comiendo muchas golosinas porque estaba muy glotón últimamente.
Hasta que una noche tuvo un sueño muy feo. Soñó que estaba en el banco de suplentes; tan gordo, tan gordo, que cuando quiso alcanzar una pelota no se podía levantar, luego se tropezó y cayó rodando sin parar mientras todos se reían.
Cuando se despertó corrió al médico asustado. Este le dijo que debía dejar de comer tantos dulces si quería ser un buen deportista y hacer vida sana; además se le podían cariar sus dos dientes delanteros que él tanto quería porque con ellos coqueteaba.
A partir de ese día empezó a adelgazar y de a poco los ejercicios le salieron cada vez mejor.
En el partido final su equipo ganó, y a Tim le dieron una medalla al “goleador del torneo" .

Lucas Mariani - 3° “A”

La lauchita glotona

Había una vez una laucha que se llamaba Cata y su familia era muy glotona igual que ella. Su mamá se llamaba Marta y su papá Juan, sus hermanos Darío y Daniel.
Un día lluvioso Cata comenzó a sentir un delicioso olor a torta frita que provenía de una casita del bosque.
Entonces tuvo la idea de conseguir una. Al acercarse vio sobre una ventana abierta un plato, enfriándose.
- ¡Hum! ¡Qué deliciosas! -pensó Cata. En ese momento se dio cuenta de que había una caída sobre el césped. Se acercó rápidamente y comenzó a comérsela. Entonces se acordó de su familia y quiso compartida con ellos.
Llevar la torta hasta su casita no era nada fácil porque ella era pequeña y la torta muy grande. De repente apareció el gato Ramón y se llevo una gran sorpresa al ver una torta frita caminando. Al ver a la lauchita la corrió ¡Pobre Cata! ¡No podía más! Por suerte aparecieron sus dos hermanitos que la ayudaron y llegaron sanos y salvos a su casa.
- ¡Qué rica estuvo la cena!, exclamaron sus padres muy orgullosos de sus hijos.
FIN

Blume, Giuliana María - Erni, María Lucia - Gaser, Natalia
8 años - Colegio Nuestra Señora del Huerto - Esperanza

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